Buggy Rollin: Lo más extremo más alla del sentido comun.
http://www.gizmodo.es/2006/03/14/buggy_rollin_traje_para_rodar.html
El francés ¿o suizo? Jean-Yves Blondeu (aka Rollerman) decidió ir un paso más allá de los tradicionales patines en línea (rollerblades) y creó un traje que tiene rueditas hasta en el culo (literalmente) y con este se tira por las bajadas de los Alpes Suizos.
dentro video.
El francés ¿o suizo? Jean-Yves Blondeu (aka Rollerman) decidió ir un paso más allá de los tradicionales patines en línea (rollerblades) y creó un traje que tiene rueditas hasta en el culo (literalmente) y con este se tira por las bajadas de los Alpes Suizos.
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link: http://www.videos-star.com/watch.php?video=fo9BEHteACk
Record de velocidad.... 110Km/h en patines
Record de velocidad.... 110Km/h en patines
link: http://www.videos-star.com/watch.php?video=1rgWl_7nH4w
link: http://www.videos-star.com/watch.php?video=IVrlA3-f29g
Cuando los “rollerblades” salieron al mercado muchos auguraron el fin del patinaje tradicional:l as ruedas en línea prometían un mejor deslizamiento, más movilidad y diversión. Aparecieron cascos, rodilleras y otros protectores que garantizaban que uno saliera ileso al subirse a los rollers. Zona de Confort zona de aprendizaje... puro riesgo bajo control
. Inspirado en el skeleton y en los rollers, Jean Yves Blondeau diseñó una armadura cubierta de rueditas para rodar apoyado sobre cualquier parte del cuerpo. Y bautizó a su invento como “buggy rollin”.
Todo podría haber quedado en aquel complejo y extravagante diseño de PVC con el que Blondeau intentaba aprobar su trabajo final en la Escuela de Diseño en París, pero sus amigos probaron el prototipo y les fascinó. Desde entonces se dedicó a perfeccionar el modelo hasta que logró lo que buscaba: un traje sobre ruedas. Aquel primitivo embrión le llevó nueve meses de investigación, diseño y construcción. Luego, sólo necesitó una pista y grandes agallas, algo que no le falta a Blondeau que tras los primeros intentos se puso a inventar riesgosas posiciones de “buggy rollin”. Las primeras en llegar fueron la jashugan (de pie y a toda velocidad); la telemark (se apoyan una rodilla y un brazo sobre el suelo); y el santo (se patina de rodillas).
Cuando Blondeau patinó con la cabeza y el estómago sobre el piso nació el torpedo. Entre el super bug y el squeleton habría una simple diferencia: en la primera, los brazos irían estirados hacia delante y en la segunda, contra el cuerpo. Para hacer la rana, las rodillas y los codos deberían ir pegados y para la zaphial, brazos y piernas deberían ir hacia arriba y la espalda apoyada en el suelo. Otra de las extremas posiciones de Blondeau sería la kamikaze en la que uno debe tirarse de cabeza y de espaldas por una pista empinada. La snoop , abreviatura de “posición de Snoopy para dormir”, semeja a un perro descansando. La spin es como dar vueltas en la cama. La babale, la hawai o la luge son difíciles hasta de describir.
Sobre las posiciones, Blondeau analizó lo que se siente mientras uno practica este deporte donde además de las ruedas, lo que vuela es la adrenalina. Según este francés, cuando la nariz está a menos de 10 centímetros del suelo y se alcanzan velocidades de entre 60 y 70 kilómetros por hora “todo se ve muchísimo más grande: los perros parecen monstruos y los peatones, gigantes”. Algo casi imposible de hacer en las calles porteñas donde los baches harían que “uno se desestabilizara constantemente”. Para evitarlo, Blondeau aconseja “concentrarse durante toda la trayectoria”. Según el creador del buggy rollin´, la posición del squeleton es de las peores porque no pueden usarse los brazos para pilotear ni para protegerse. Sobre la kamikaze, Jean Yves aconseja: “Dejar de pensar” antes de realizarla.
A pesar de los riesgos que supone tener ruedas por todos lados, desde su página web, Blondeau asegura que es imposible que él se rasguñe. “Instintivamente estoy protegido y no tengo miedo de golpearme o chocar. Estoy preparado para rodar en cualquier parte. Soy un hombre-patín que puede tocar el mundo de una manera diferente. Parezco un robot, un insecto, un androide o un mutante”, dice. El “buggy rollin” se le ha subido tanto a la cabeza que Blondeau asegura que no es humano porque cada cosa que toca, él puede patinarla. “Esculpo el espacio con mis movimientos. Estamos en el mismo espacio pero yo me muevo en un mundo paralelo”, asegura.
Aunque sus palabras destilen locura, para llegar a este punto, tuvo que estudiar sociología del adolescente, anatomía, distintos tipos de patinaje y ponerse en contacto con reconocidos atletas de su país. Con su “buggy rollin” bajo el brazo, Blondeau ha recorrido Europa haciendo piruetas y sumando adeptos de variadas nacionalidades. Para comprarse una de estas armaduras hay que invertir unos 3000 euros por unidad ya que su producción es artesanal. A los 30 años Blondeau vive en Alemania y, pese a sus giras europeas y a haber aparecido en programas de TV, todavía no ha logrado reunir el dinero que necesita para pagar la patente de su invento. Blondeau no sólo fantasea con abaratar el buggy rollin´ sino con convertirlo en juego electrónico, película y hasta dibujo animado. Mientras, diseña ropa interior de mujeres y sueña con construir un ovni.
Fuentes:
http://ohgizmo.com/2006/03/14/buggy-rollin-is-the-new-x-sport/
http://www.clarin.com/diario/2004/07/21/conexiones/t-798362.htm
http://www.buggy-rollin.com/
Todo podría haber quedado en aquel complejo y extravagante diseño de PVC con el que Blondeau intentaba aprobar su trabajo final en la Escuela de Diseño en París, pero sus amigos probaron el prototipo y les fascinó. Desde entonces se dedicó a perfeccionar el modelo hasta que logró lo que buscaba: un traje sobre ruedas. Aquel primitivo embrión le llevó nueve meses de investigación, diseño y construcción. Luego, sólo necesitó una pista y grandes agallas, algo que no le falta a Blondeau que tras los primeros intentos se puso a inventar riesgosas posiciones de “buggy rollin”. Las primeras en llegar fueron la jashugan (de pie y a toda velocidad); la telemark (se apoyan una rodilla y un brazo sobre el suelo); y el santo (se patina de rodillas).
Cuando Blondeau patinó con la cabeza y el estómago sobre el piso nació el torpedo. Entre el super bug y el squeleton habría una simple diferencia: en la primera, los brazos irían estirados hacia delante y en la segunda, contra el cuerpo. Para hacer la rana, las rodillas y los codos deberían ir pegados y para la zaphial, brazos y piernas deberían ir hacia arriba y la espalda apoyada en el suelo. Otra de las extremas posiciones de Blondeau sería la kamikaze en la que uno debe tirarse de cabeza y de espaldas por una pista empinada. La snoop , abreviatura de “posición de Snoopy para dormir”, semeja a un perro descansando. La spin es como dar vueltas en la cama. La babale, la hawai o la luge son difíciles hasta de describir.
Sobre las posiciones, Blondeau analizó lo que se siente mientras uno practica este deporte donde además de las ruedas, lo que vuela es la adrenalina. Según este francés, cuando la nariz está a menos de 10 centímetros del suelo y se alcanzan velocidades de entre 60 y 70 kilómetros por hora “todo se ve muchísimo más grande: los perros parecen monstruos y los peatones, gigantes”. Algo casi imposible de hacer en las calles porteñas donde los baches harían que “uno se desestabilizara constantemente”. Para evitarlo, Blondeau aconseja “concentrarse durante toda la trayectoria”. Según el creador del buggy rollin´, la posición del squeleton es de las peores porque no pueden usarse los brazos para pilotear ni para protegerse. Sobre la kamikaze, Jean Yves aconseja: “Dejar de pensar” antes de realizarla.
A pesar de los riesgos que supone tener ruedas por todos lados, desde su página web, Blondeau asegura que es imposible que él se rasguñe. “Instintivamente estoy protegido y no tengo miedo de golpearme o chocar. Estoy preparado para rodar en cualquier parte. Soy un hombre-patín que puede tocar el mundo de una manera diferente. Parezco un robot, un insecto, un androide o un mutante”, dice. El “buggy rollin” se le ha subido tanto a la cabeza que Blondeau asegura que no es humano porque cada cosa que toca, él puede patinarla. “Esculpo el espacio con mis movimientos. Estamos en el mismo espacio pero yo me muevo en un mundo paralelo”, asegura.
Aunque sus palabras destilen locura, para llegar a este punto, tuvo que estudiar sociología del adolescente, anatomía, distintos tipos de patinaje y ponerse en contacto con reconocidos atletas de su país. Con su “buggy rollin” bajo el brazo, Blondeau ha recorrido Europa haciendo piruetas y sumando adeptos de variadas nacionalidades. Para comprarse una de estas armaduras hay que invertir unos 3000 euros por unidad ya que su producción es artesanal. A los 30 años Blondeau vive en Alemania y, pese a sus giras europeas y a haber aparecido en programas de TV, todavía no ha logrado reunir el dinero que necesita para pagar la patente de su invento. Blondeau no sólo fantasea con abaratar el buggy rollin´ sino con convertirlo en juego electrónico, película y hasta dibujo animado. Mientras, diseña ropa interior de mujeres y sueña con construir un ovni.
Fuentes:
http://ohgizmo.com/2006/03/14/buggy-rollin-is-the-new-x-sport/
http://www.clarin.com/diario/2004/07/21/conexiones/t-798362.htm
http://www.buggy-rollin.com/
Proximamente: Analisis completo Riesgo bajo Control. Sin forzar el modelo. Y como modelo de hibridación... se va a merecer un trabajito a parte, aunque confieso que no veo el arbol genético por ningun sitio... ¿Luge? ¿bobsleigh? ¿roller blade? ¿goiti-behera?... o simplemente Jack-ass sin paliativos.
¿habrá moda? ¿tendencia? ¿main stream? ... va a ser que no.
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