L de LEARNING


¿hay alguien que crea que tras pasar por la autoescuela, hacer los tests, el examen de maniobras y sacarse el carné de conducir SABE CONDUCIR?

Y cuando digo saber conducir, me refiero a superar cualquier vicisitud que pueda surgir al volante: Nieve, hielo, niebla, viento lateral, puertos de montaña, pendientes pronunciadas, arena , adelantar a un trailer “long Vehicle”…quedarse sin frenos, un reventón de neumáticos a 120 km./h., un impacto en el parabrisas, optimizar el uso de las marchas para cubrir 45 kms hasta la próxima gasolinera cuando se enciende la luz reserva, poner unas cadenas, o la rueda de repuesto, ….. Porque al final todo eso es saber conducir. Y solo se aprende con la PRACTICA, con la Experiencia.

Ahora en pleno debate sobre el carne por puntos, la ineficacia de las campañas de la DGT, el cinturón, los más de 100 muertos en la carretera durante Semana Santa…pocas voces se alzan sobre la importancia del aprendizaje progresivo.

La L que llevan los noveles –creo que es obligatoria el primer año-, y que algunos interpretan como L de “Lento”, es la identificación universal de que el conductor está aprendiendo (L-earning), lo que no es más que un aviso general de que hay que tener precaución con ese conductor/vehiculo: De que todavía no ha desarrollado las reacciones instintivas, los reflejos que solo da la experiencia –por eso las Compañías de seguros premian a los conductores experimentados con primas menores y “castigan” a los “recién licenciados” : Puede ir demasiado lento –o demasiado rápido-, tener reacciones imprevistas o tardias, señalizar erróneamente sus intenciones, deslumbrar con sus luces, perder el control ante un imprevisto….. cualquier cosa.
Por eso que hay que se pacientes e indulgentes con ellos. Con todo, hay muchos que recién obtenido el carne, ven en la L reglamentaria un insulto a sus capacidades y conocimientos, y un motivo de escarnio por lo que jamás la exhiben en sus vehículos… “ no se vayan a pensar que no se conducir” –como Fernando Alonso o Carlos Sainz- Muchos acaban protagonizando los accidentes que engrosan las luctuosas estadisticas.

Todavía no he visto nunca un surfista, un esquiador o un buceador novel con una L pegada en la espalda. El "Código” no lo exige. Pero es obvio que los debutantes de cualquier deporte adolecen -padecen- las mismas descoordinaciones que los conductores noveles .

Falta de familiaridad con el equipo, ansiedad ante condiciones nuevas –no probadas anteriormente-, o incluso errores de base importantes en la evaluación de sus capacidades, idoneidad de equipo, o el tamaño de las olas , la intensidad de la corriente, o la fuerza del viento. También estos acaban protagonizando accidentes o necesitando rescates espectaculares, y muestran el lado más negro de los deportes de riesgo.

Algunos deportes, por su propia naturaleza –o por exigencia legal- exigen de pasar por una escuela y obtener un título tras pasar un examen más o menos complicado. Ej. El submarinismo y la vela ; E incluso hay diseñado –y aprovechado por la industria- un sistema progresivo multi-nivel de aprendizaje por escalones; Titulin, Patrón de navegación basica, patrón de Emabraciones de Recreo, Patrón de Yate, Capitan de Yate en la nautica de recreo; O en el submarinismo: PADI ( http://PADI.com Profesional Asociation of Diving Instructors, la agencia mundial lider indiscutible en la promoción y enseñanza de las actividades subacuaticas) _ Open Water, Advanced Open Water, Specialty Advanced OW, Rescue Diver, Master Scuba Diver / Dive Master… Instructor…
Cada peldaño superior requiere de teoría, exámenes oficiales y acreditar cierta práctica y/o experiencia y en ello va el prestigio y el reconocimiento. Cada vez que muestro mi credencial de PADI Divemaster en un centro de Buceo –ya con casi 15 años, pero actualizada anualmente- o el carne de la DGMM de Patón de yate percibo como se despejan las dudas o las reservas mentales de mi interlocutor sobre si puedo participar en una inmersión nocturna con corriente, o en un pecio a 40 metros, o chartear un catamarán de 12 metros para ir a Ibiza.

_(No obstante los conocimientos y las habilidades se “oxidan”, se desactualizan y los reflejos se pierden por lo que es vital mantenerse activo y no refugiarse en la titulitis. La falta de constancia, la estacionalidad, las hibernadas… son un factor de riesgo agravado en las autoevaluaciones según el modelo de RBC Riesgo bajo Control. )

Pero hay otro deportes que no requieren del paso por la autoescuela. A veces basta un colega o un amigo o un familiar que te introduce, y te deja su equipo. Hay mucho autodidacta suelto en el windsurf, el snowboard, el kayak e incluso el parapente. –y no lo digo en absoluto en tono despectivo-; En la medida en que se aproximen al deporte / actividad con humildad, con realismo, con una aproximación e interés progresivo en la expansión de sus Zonas de Confort , de aprendizaje , y vayan consolidando experiencia con la practica, esa misma practica en diversas condiciones será la mejor escuela “ como la vida misma”; Pero deben ser conscientes del riesgo en la fase inicial, riesgo que precisamente por no tener experiencia o alguien –instructor, monitor- que se lo indique posiblemente ni siquiera identifiquen o perciban (Ah………¿pppppp-peero podía pasar “eso”? No lo sabia) . “Frecuentemente No es lo que NO sabemos, sino lo que damos por supuesto lo que nos mete en problemas

Vale; No hace falta que nos cosamos una L a la espalda –aunque no la neguemos no la disimulemos; No tengamos reparo en reconocer que estamos al principio de la curva de aprendizaje. En Observar a los que saben. En preguntar. Si hay algo que gusta a quien domina un deporte o actividad es ayudar y enseñar al que no sabe que se acerca con curiosidad e ingenuidad genuina. –lo contrario al arrogante sabelotodo que llega “dominando” o creyendo que domina-. Y cuando creamos que hace falta, acudamos a una escuela con un monitor capacitado. Considerémoslo como un “Clinic” o un coaching –como los de los profesionales, si el termino Cursillo nos da repelús-: Nos servirá para corregir vicios de aprendizaje, de postura, a estructurar conocimientos adquiridos por la practica, … o dar ese salto cualitativo al que nunca nos atrevimos a hacer en plan autodidacta (por ej. Ver post del mes pasado “salto cualitativo estilo esquimal” sobre el esquimotaje, una habilidad nada intuitiva… prácticamente imposible de aprender como autodidacta “por libre”, pero garantizada en un par de horas con la instrucción adecuada).
Esta ha sido mi trigésimo primera (31ª) temporada esquiando; Tras los 3 o 4 cursillos iniciales no he vuelto a tomar una clase. Me he propuesto el año que viene coger un monitor particular “para hacer un clinic”. Me pondré la L – de Learning- en la espalda y a mucha honra.

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